Helen Reynolds, de 88 años, fue víctima de robo y estuvo a punto de ser violada. Es viuda y vive en un pequeño y apacible departamento en Pennsylvania, pero el pasado 17 de febrero esa tranquilidad se quebró de pronto. Un hombre, que se hizo pasar por trabajador del condominio, entró a robarle.
La ató con cintas a una silla, la mujer quedó inmovilizada mientras el sujeto, como una fiera, buscaba en cada rincón de la casa objetos de valor para llevárselos. A ratos ella le hablaba a su captor, intentaba hacerle reflexionar, pero no lo conseguía.
Le preguntó al delincuente si le haría eso a su mamá y si le gustaría que hicieran lo mismo a un familiar suyo. Esto encendía más la ira del sujeto quien solo encontró 40 dólares en la casa. Entonces quiso violar a la anciana y esta respondió inmediatamente:
“Esto es así, tú debes conocer la verdad. Yo tengo VIH y mi esposo murió por eso”, dijo. Era una mentira, claramente. Pero inmediatamente el ladronzuelo dejó la habitación y se fue. “Ese fue el comentario que me salvó la vida”, dijo a los medios locales a los que citó Infobae. Luego hizo la denuncia y pidió que encuentren al hombre y lo pongan en la cárcel. La comunidad en la que vive ha dado sus muestras de apoyo y solidaridad a la víctima que vive sola desde hace varios años.
