El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, reconoció el viernes que su gobierno enfrentó “problemas” en el manejo de fallecidos durante la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus, que derivó en el colapso de hospitales y funerarias.
“Debemos reconocer que en la fase inicial tuvimos problemas en el manejo de fallecidos porque tomamos la decisión de dar sepelio digno a cada ecuatoriano caído y no como hicieron muchos otros países, que crearon fosas comunes”, dijo Moreno en una cadena de radio y televisión.
Recordó que cuando se declaró emergencia sanitaria en marzo, Guayaquil (suroeste) se convirtió en el epicentro de la pandemia en Ecuador, dejando imágenes de cadáveres en casas y calles de la ciudad.
El caos registrado en ese puerto llevó al gobierno a crear ese mismo mes una fuerza de tarea conjunta de militares y policías para recoger los muertos, aunque no todos eran víctimas por COVID-19.
Se instalaron contenedores para almacenar los cuerpos ante la falta de capacidad de las morgues de los hospitales.
El país, con 17,5 millones de habitantes, registró hasta el viernes 26.336 casos, incluidos 1.063 muertos.
Las autoridades estiman que hay otros 1.606 fallecidos “probables” por COVID-19, a los que no se les realizó el examen de diagnóstico y que tambié existen más de un centenar de cuerpos que no han sido identificados y están en contenedores.
Moreno indicó que tras superar los problemas de la fase inicial hay una “reducción drástica del número de defunciones”, sobre todo en la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil.
