A medida que los casos de un nuevo coronavirus se propagan por todo Estados Unidos, algunos gobernadores y otros líderes están intentando frenar el brote, prohibiendo grandes concentraciones públicas, aplicando cuarentenas y movilizando a la Guardia Nacional.
Con el reporte de nuevas víctimas mortales y el número de contagios confirmados superando los 1,000 en Estados Unidos, legisladores y autoridades médicas establecieron zonas de contención y de cuarentena y trataron de limitar el contacto con los que podrían haber contraído el COVID-19, la enfermedad que causa el nuevo coronavirus.
Las escuelas y los lugares de rezo cerraron sus puertas en un suburbio de la ciudad de Nueva York donde hay un foco de infecciones que podría ser el más grande del país, y el gobernador, Andrew Cuomo, movilizó a la Guardia Nacional para ayudar a limpiar los espacios públicos y repartir comida.
Estas iniciativas se tomaron coincidiendo con la intensificación de la batalla para frenar el virus. Más escuelas y universidades, incluyendo UCLA, Yale y Stanford, anunciaron sus planes para enviar a los estudiantes a sus casas y dar las clases online.
El virus ha infectado a más de 800 personas en Estados Unidos y ha causado al menos 30 muertos. Uno tras otro, los estados han ido reportando sus primeros contagios en una rápida sucesión.