Una mujer le quitó la vida a su hijo de nueve años de edad, arrojándolo a un canal en Miami, Florida.
El menor de descendencia hispana, fue identificado como Alejandro Ripley, quien sufría de autismo y no podía hablar.
La madre del menor identificada como Patricia Ripley, había denunciado un supuesto secuestro de su hijo, que había sido raptado por dos hombres afroamericanos en la carretera al suroeste de Miami; sin embargo, tras varias discrepancias y pruebas en su contra se llegó a la conclusión de que la madre había arrojado al menor a un canal.
Un video de una cámara de seguridad muestra el momento en el que la mujer actúa de manera cariñosa con el niño para ganarse su confianza al borde del canal, para luego empujarlo al agua y echarse a correr del lugar, mientras el niño intentaba salir, aunque regresa acompañada de un hombre sus intentos en sacarlo fueron en vano.
La mujer fue arrestada y acusada de asesinato en primer grado y de asesinato premeditado.