El Centro Histórico es territorio fértil para el acoso verbal contra las mujeres. Ayer, una joven fue insultada por un hombre cuando cruzaba la esquina de las calles Juárez y Allende, y por primera vez los mal llamados “piropos” tuvieron consecuencias.
La acosada le disparó con un taser a su acosador, mientras pedía ayuda a los elementos de la Policía que se encuentran en la parte posterior del Palacio de Gobierno, quienes inmovilizaron al hombre y lo remitieron al Ministerio Público.
“No más violencia, ni una más”, gritó Victoria Treviño, mientras era esposado el hombre que minutos antes había hecho alusión a algunas partes de su cuerpo. En Coahuila, desde el año 2009 se hacen esfuerzos por tipificar como delito el acoso verbal en el Código Penal.
Victoria es saltillense, pero vive en Querétaro y vino de vacaciones a su ciudad de origen. “Esto no se debe permitir ni aquí ni en ningún lado, ya basta de que a las mujeres se nos vea como objetos sexuales”, comentó.
En el Centro Histórico hay puntos críticos de acoso verbal contra las mujeres: la plaza Manuel Acuña y la Alameda son dos de los más referidos, en donde las miradas y las frases lascivas apuntan hacia el cuerpo de las mujeres.