La devaluación del peso frente al dólar empieza a provocar conflictos legales al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
La consultora estadounidense Parsons International, encargada de coordinar todo el proyecto, promovió una demanda de amparo para reclamar la negativa del Gobierno federal de permitir la aplicación de un “ajuste cambiario” sobre el monto pactado.
El contrato, por 2 mil 362 millones de pesos y con vigencia de seis años, fue adjudicado directamente por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) en octubre de 2014 y convirtió a Parsons en el hilo conductor de todas las licitaciones y proyectos asociados con la obra.
Cuando Parsons firmó el contrato, los 2 mil 362 millones de pesos equivalían a 176.6 millones de dólares, pero, a estas alturas, la cifra apenas alcanza para 116 millones, 34 por ciento menos.
El pasado 8 de diciembre, la Secretaría de la Función Pública (SFP) rechazó que el contrato prevea la posibilidad de un ajuste por variaciones en el tipo de cambio al resolver negativamente una consulta planteada por la compañía.
El 2 de enero, Parsons promovió un amparo en el que impugna el oficio UNCP/309/NOP/0.272/2016 de la Unidad de Normatividad de Contrataciones Públicas de la SFP, así como artículos contenidos en la Ley de Obras Públicas y su reglamento, pues no se le permitió participar en la consulta sobre el contrato.
La SFP consideró que, en un contrato de servicios como éste, sólo están previstos ajustes en pago al personal de acuerdo con los aumentos al salario mínimo, pero no ajustes por tipo de cambio.
Parsons pidió al juez federal conceder una suspensión para el efecto de “reiniciar pláticas” con el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) por medio de un procedimiento de conciliación supervisado por la SFP “a fin de procurar la resolución extrajudicial del conflicto”.
El Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa negó conceder la suspensión en esos términos, pues lo que Parsons impugna en el amparo es la negativa de la SFP para ajustar el contrato, no la posibilidad de arreglar el conflicto por medio de una conciliación.
Al darse a conocer la licitación, se informó que el 30 por ciento del personal empleado por Parsons para la gerencia del proyecto debería ser mexicano.
A la fecha, empresas holandesas, británicas y españolas participan en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.