A pesar de que Saltillo es considerada por la Organización de las Naciones Unidas como ciudad santuario para migrantes, el Ayuntamiento comenzó una “cacería” en contra de ellos, exigiéndoles tramitar un permiso para pedir dinero en la calle, y exhortando a la ciudadanía a no brindarles ningún tipo de apoyo, lo cual posteriormente negaron.
“¿Quién les dijo que los pobres no pueden pronunciarse por su hambre a pedir un poco de ayuda? es un derecho, es el derecho a la vida, no el derecho al dinero, de manera que (solicitamos) frenen todo eso, que no puede ser eso, tenemos la pobreza encima, los refugiados, yo creo que Saltillo tiene que reaccionar en lugar de hostilidad, que promueva la hospitalidad”, declaró el padre Pedro Pantoja Arreola, director de Belén Casa del Migrante.
Lo anterior, ante una serie de agresiones por parte de elementos policiacos, que incluso denunciaron ante instancias y organismos que promueven los derechos humanos y la protección de los migrantes.
“La Policía no está para eso, sino para protegerlos, que además sin ninguna autorización realmente legal, están aplastando estas voces de hambre de esta gente”, condenó.
Además de las tres familias de refugiados que recibió la Casa del Migrante de Saltillo, se espera que en los próximos días arribe una cantidad mayor, informó el padre Pantoja.
“Saltillo tiene que ser convocado, la Casa del Migrante está declarada por las Naciones Unidas como asilo y refugio, ya recibimos a las primeras tres familias”, sostuvo.
Explicó que recibieron personas de nacionalidad etíope, hindú, y una familia de Centroamérica, de quienes dijo ya se encuentran trabajando.