El asteroide que aniquiló a los dinosaurios también acidificó nuestros océanos, de acuerdo a un nuevo estudio. De esta manera, además de acercar la muerte de los gigantes terrestres, igualmente desencadenó una extinción masiva de organismos marinos.
Los investigadores estudiaron criaturas diminutas llamadas foraminíferos para averiguar cómo reaccionó la vida marina ante el cataclismo que ocurrió hace unos 66 millones de años. Se trata de unos diminutos animales con conchas de calcita descubierto en una cueva en Geulhemmerberg, en los Países Bajos.
Aunque los científicos han sospechado durante años que el impacto del asteroide habría aumentado la acidez de los mares, el descubrimiento de esta colección de fósiles particular ayudó a confirmarlo. El mortal fenómeno se debió principalmente a la potente emisión de azufre lanzado a la atmósfera después del impacto y a las consiguientes lluvias ácidas.
El equipo internacional de científicos descubrió que, después del impacto, los océanos se volvieron tan ácidos que los organismos marinos que producían sus conchas con carbonato de calcio no habrían podido sobrevivir.
El impacto en la cadena alimenticia habría sido enorme: como los organismos similares a los foraminíferos fallecieron, las formas de vida que se alimentaban de ellos también habrían muerto y así sucesivamente.
El estudio, publicado en la revista científica PNAS, tiene mucha relevancia hoy en día ya que confirma cómo el aumento de las emisiones de dióxido de carbono conlleva al aumento de la acidez del océano.