Divididos llegaron a la Constituyente, y divididos permanecieron hasta el final.
PRD y Morena, las dos fuerzas mayoritarias de la capital, mantuvieron sus diferencias hasta ayer, en las últimas votaciones de la primera Constitución de la capital.
Hace 20 años, todos eran perredistas y, pese a estar divididos en tribus, se aglutinaron en torno a Cuauhtémoc Cárdenas para arrebatarle la Ciudad al PRI.
Ayer, al desahogar los últimos artículos de la Constitución, mantuvieron las diferencias mostradas desde el inicio del proceso. Se fragmentaron, incluso, en la discusión del preámbulo del texto constitucional.
La votación del artículo 21, con la que inició la sesión de ayer, dejó ver con nitidez esa fractura, una grieta que PRI y PAN aprovecharon para “descafeinar” (Muñoz Ledo dixit) el proyecto original de Constitución.
Cuando se argumentó el apartado C del artículo 21, referente al ordenamiento territorial, subieron a tribuna, para hablar a favor, Cecilia Soto y Enrique Provencio, de la bancada perredista, y Javier Jiménez Espriú, de Morena. Y, en contra, subieron tres constituyentes de Morena: Mayela Delgadillo, Irma Eréndira Sandoval y Jaime Cárdenas.
Paradójicamente, los diputados del PAN y PRI, promotores de las reservas que modificaron el esquema de ordenamiento territorial propuesto por el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, ni siquiera tuvieron que subir a tribuna para impulsar su propuesta.
Al final, se aprobaron con 73 votos a favor y cinco en contra dos numerales del artículo 21, sobre mecanismos para mitigar los impactos de desarrollo inmobiliarios, y la obligación de los desarrolladores para pagar una compensación monetaria para mitigar el impacto urbano y ambiental.
No quedó en el artículo un numeral que buscaba prohibir las prácticas de segregación social en el desarrollo o gestión urbana. Ni una iniciativa de algunos diputados de Morena para prohibir explícitamente la gentrificación o exclusión de los residentes originales de una zona por la presencia de un proyecto inmobiliario.
“Esta Ciudad no solamente se está volviendo una Ciudad de concentración, también se está volviendo una Ciudad de élites, se está volviendo de guetos”, advirtió Mayela Delgadillo, “en el último párrafo se hablaba de segregación social, que no es igual a la gentrificación, al desplazamiento de la gente originaria que ha venido perdiendo recursos para ser sustituida por gente más joven, evidentemente, con mayores recursos”.
Cecilia Soto pidió votar a favor, pues la fórmula de compensación monetaria rescató el artículo 21 que, sin mitigaciones, hubiera significado una pérdida más en la Constitución.
“Me parece correcta la necesidad de que se pague una compensación monetaria a fin de contribuir al desarrollo y al mejoramiento del equipamiento urbano. La ley establecerá las formulas y criterios para aplicación de dichos ingresos en las zonas de influencia”, explicó.
Irma Eréndira Sandoval, de Morena, alertó sobre la influencia de poderes fácticos en la redacción del artículo 21, y recordó que hoy los poderes fácticos son financieros y especuladores, y apuestan por generar prácticas de exclusión y procesos de segregación en la Ciudad.
“El pueblo ya no quiere ser excluido, ya no quiere prácticas especulativas en el uso del suelo, ya no quiere ver esos mols, ya no quiere ver esos edificios horrorosos que destruyen toda la arquitectura de esta Ciudad”, dijo.
Pero su compañero de bancada, Javier Jiménez Espriú defendió la nueva redacción, e incluso recordó al pleno que Morena no siempre vota en bloque.
“En el grupo de Morena tenemos algunas diferencias, y algunas de las personas ven de izquierda a derecha y otras de derecha a izquierda”, señaló.