Luego de que el representante permanente de México en Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente ha conseguido el respaldo de los países de América Latina y El Caribe, México podría conseguir este miércoles un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro no permanente para el periodo 2021-2022.
Cabe mencionar que sería la quinta ocasión que ocupará el espacio luego de sus participaciones en 1946; de 1980 a 1981; de 2002 a 2003 y la vez más reciente, de 2009 a 2010.
Lo anterior, luego de que el representante permanente de México en Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente ha conseguido el respaldo de los países de América Latina y El Caribe para ocupar uno de los dos espacios para la región.
Tras una llamada con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, el presidente Andrés Manuel López Obrador anticipó el día de ayer lo que podría confirmarse mañana, la integración de México como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
“Esta semana vamos a dar una muy buena noticia al pueblo de México, no por nosotros, sino por la fama y la gloria de México y su pueblo en el mundo, por el respeto que le tienen a los mexicanos en todo el mundo”, resaltó el mandatario federal.
El Consejo de Seguridad se compone de 15 miembros, cinco de ellos permanentes: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. Los otros 10 miembros son no permanentes y se eligen por regiones de la siguiente manera: cinco de entre los Estados de África y Asia; uno de entre los Estados de Europa Oriental; dos de entre los Estados de América Latina y el Caribe; y dos de entre los Estados de Europa Occidental y otros Estados.
De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, las funciones y poderes del Consejo de Seguridad son, entre otras, mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los propósitos y principios de la ONU. Investigar toda controversia o situación que pueda crear fricción internacional y recomendar métodos de ajuste de tales controversias, o condiciones de arreglo. Elaborar planes para el establecimiento de un sistema que reglamente los armamentos. Determinar si existe una amenaza a la paz o un acto de agresión y recomendar qué medidas se deben adoptar, así como instar a los Miembros a que apliquen sanciones económicas y otras medidas que no entrañan el uso de la fuerza, con el fin de impedir o detener la agresión.